dilluns, 4 de juny del 2012

No sé escribir cuentos


Lo mío no son los cuentos. Ni las historias. Yo solo quiero pinceladas que me permitan jugar. No quiero todos los detalles... que haría con mi mente entonces. Lo que quiero son destellos. Que juegues con mi mente, y me pares trampas. Y te rías de mí si no lo hago mal. Quiero frases cortas. Es lo que yo doy. Impulsos. Estímulos eléctricos. Quiero que me incites a leer, sin darme nombres ni direcciones. [odio a Flaubert, lo entiendes?].  Dame solo cinta adhesiva y un chicle y prometo hacerte el amor. Dame poco. Que me falte algo siempre. Déjame que busque. Que me inquiete. Que agonice si no sé salir sola. Ponme a prueba y descubrirás belleza. No quiero una introducción. Yo empiezo. Tu lo empiezas. Somos el inicio. El nudo. Yo más que tú. El desenlace. Dime cuando quieres que pare, solo por saberlo. Seguiré hasta que me quedé sangre. Las novelas las escriben los otros. Yo no tengo eso. Lo que sea. No lo tengo. No mires dentro de mi camiseta que no lo encontraras. Aquí, ahora, vamos a crear un algo. Tócame. Estate en contacto conmigo, continua e infinitamente, hasta que diga basta. Entonces sujeta la obra y espera a que la interiorice des de lejos. Que sea mía. Te dejaré firmar.  Porque tú no olvidarás que es mía. Yo seguramente puede. Por descarte. Solo este algo puede ser mío. Lo otro no lo tengo.